lunes, 30 de agosto de 2010

Confesionario: Seguimos sumando patétic@s...

¿Fuiste o sos patético como ex? Mandá tu historia, todos los lunes un nuevo confesionario, para que no te sientas solo, no creas que sos el único capaz de cualquier locura por amor... o por estupidez. Porque no solo tenemos que matarlos a ellos, sino que también tenemos que aprender a no convertirnos en un ex odioso digno de ser ajusticiado...

Hoy, el confesionario de Milena:

Lo que hice en mis primeros días y años de "ex", después de que me dejó aduciendo que había conocido a otra señorita y que le gustaba mucho, por lo cual la única solución era estar con las dos al mismo tiempo, y si yo no quería, se quedaría sólo con ella:


1) Le regalé un poema pedorro que yo creía maravilloso...

2) Fui a visitar a la chica que vivía con él (su room mate, no su novia) en el preciso instante en que él estaba con su novia nueva y haciéndome la desentendida, como que sólo quería ser re amiga de su compañera de alquiler, me quedé en la cocina mientras él garchaba con su nueva novia en su habitación...

3) Comencé a sonreírle a todos sus amigos para que pensaran que yo era la chica piola que él se había dejado por el camino. Más bien pensaban que era flor de trola, pero no me daba cuenta...

4) Por supuesto, lo llamé una y mil veces "para ver cómo estaba". Una de esas veces, se ve que estaba harto y me dijo "mucho mejor desde que no estamos juntos". ¡¡¡Hijoeputa!!! Yo le dije "ah, bueno"...

5) Pasé por la puerta de su casa y de su trabajo mil veces con tipos que ni me importaban para demostrarle que ya había superado lo nuestro, a pesar de que seguía demostrándole un gran interés...

6) En un momento se enojó porque alguien le había dicho que yo hablaba mal de su novia actual (cosa que juro no era cierta, aunque ganas no me faltaban). Me enojé porque no me creía, pero en lugar de hacérselo saber, le dije: "Qué pena que exista este malentendido, para mí sería terrible perder la buena relación que tenemos por una pavada como esta" (¿¿qué relación??)...

7) Le dije el clásico: "quiero luchar por las cosas que me importan y no dejar todo librado al azar". Él contestó: "no hay nada por qué luchar"...

8) Finalmente, ante el fracaso estrepitoso de todas estas estrategias, me convertí en su amante durante 3 años. Se salió con la suya: logró estar con las dos al mismo tiempo, pero esta vez la oficial no era yo. Qué boluda...

De cualquier modo lo peor fue lo que hice cuando me dejó mi novio a los 15: le mandé todas las semanas cartas anónimas con letras de canciones de amor, perfumadas con mi perfume. Eso sí fue patético. Pero me escudo en que tenía sólo 15 años. Las que van del 1 al 8 las hice ya de grandecita, así que sí, suuuuper patética!!!

jueves, 26 de agosto de 2010

Quién se va sin que lo echen...

La valiente lucha de Sofi por desprenderse de un gran amor, que sin dejar de amarla, decidió partir para probar nuevas experiencias. ¿Se puede luchar contra el corazón? Parece que sí, ella al menos lo intenta...



Lo mío con mi ex fue amor a primera vista, aunque nunca creí en esas pelotudeces, para amar hay que conocer, vivir, compartir, pero cuando lo ví, supe que había algo en él. Estábamos en la puerta de un boliche al que no nos habían dejado entrar, cuando una amiga se acerca a un auto para saludar a unos compañeros de la facultad. Y ahí estaba él. Hermoso, interesante, perfecto. Pedí su mail, lo busque en facebook y ahí empezó nuestro contacto.

Empezamos a charlar en julio, lo hacíamos todos los días, hablábamos de todo, de nuestras vida, de cosas que compartíamos, era casi una rutina encontrarlo conectado. Cada día que pasaba, sabía que me estaba enamorando un poco más. En septiembre lo conocí en una fiesta, fue el día más esperado, por fin verle la cara al hombre al que le había contado muchas cosas importantes de mi vida. Claramente chapamos y a partir de ahí lo empecé a ver todos los fines de semana y nos pusimos de novios.

Nos amábamos con locura, realmente yo lo sentía, de su parte y de la mía. Llegó a decirme palabras que nunca voy a olvidar, cosas tan profundas, abrazos tan sentidos. Más allá de que somos chicos, era una relación súper verdadera. Por qué nos separamos, se preguntarán. La bajada comenzó cuando se me ocurrió presentarle a un grupo de "amigos" que yo tenía. En ese grupo estaba el, en ese momento, novio de mi hermana. Me había parecido una buena idea poder integrarlo a mi gente, eran pibes re copados, me imaginé que podíamos llegar a compartir muchas más cosas.

La cuestión es que mi ex empezó a hacerse cada día mas cercano con mis amigos, pasó de querer estar siempre conmigo, de extrañarme siempre, a salir jueves, viernes y sábados, a alejarse. Y mi error fue ponerme paranoica, sentir que lo estaba perdiendo, hacerle escenas pelotudas por boludeces. La sensación de estar perdiendo al amor de mi vida me cegó, no saben qué horrible.

Hasta que llegó el día que se cansó de mí: "necesito estar solo, pero te amo, sos la mujer de mi vida". Se me vino el mundo abajo. Él ya era otra persona, un tipo mucho más superficial, no quedaba casi nada del amoroso que yo había conocido. Y seguimos viéndonos, una vez por semana, con te amo de por medio, y yo seguía atrás como una tarada, pensando en que podía hacer que volviera. Y a medida que iba transcurriendo el tiempo, mi autoestima bajaba en picada. Era la sombra de lo que siempre fui. Hasta que dije basta, yo lo amaba, lo amo, con locura, pero no podía seguir llorando todos los días, sentirme la mas fea, las mas estúpida del mundo.

Ya pasaron 5 meses de ese basta, un basta en contra de lo que siento. Estuve muy mal, no comía ni dormía, hoy ya me acostumbré a vivir amando al amor de mi vida, al hombre perfecto, al pedo. No me puedo olvidar de él, no se si podré, espero que sí. Esto es lo más fuerte que sentí por alguien en mis cortos 23 años. Lo que más tranquila me deja es que, a pesar de mis errores, lo amé, lo cuide y lo respeté como a nadie. Nunca le mentí, siempre estuve detrás de sus gustos, de que le gustaba comer. Ojo, el también me cuidó un montón, pero me dejó por vivir una experiencia que nunca había vivido. Por formar parte de un grupo en el que la joda es denominador común.

Algún día va a encontrar otra mujer, pero no se si podrá encontrar alguien que sienta "ésto" que siento por él. Yo por lo pronto sigo soñando cada noche con su boca, su pelo, su sonrisa. Con su perfección. Muero por hablar con él, pero mi instinto de supervivencia me lo impide...

lunes, 23 de agosto de 2010

Nueva sección: Confesionario

O ¿cómo perder la dignidad en menos de cinco minutos?

Todos hemos hechos cosas de las que hoy nos avergonzamos luego de una ruptura, todos, sin excepciones. Lo único bueno es sacar algo productivo de ese desliz, de ese momento en el que no se piensa demasiado y se actúa por impulsos. Por eso, hoy nace esta nueva sección que intenta ubicarnos del otro lado del mostrador, por una vez dejemos de matarlos a ellos y recordemos las veces que nos tocó ser el ex odioso. Y como siempre, arranco con un texto referencial, hasta que ustedes se animen a mandar sus propias confesiones.

Mi primer confesionario arranca así:

Durante meses fui una ex patética, estaba enamorada y no entendía como una persona se despedía de mi, de un día para el otro, después de muchos años de relación y con tan sólo algunos días de discusiones, con un: "te amo, pero no puedo estar con vos, nos hacemos mal, pero te juro que te amo y jamás voy a amar a nadie como te amo a vos". Ok, y entonces, ¿para qué me dejás?... porque así no puedo seguir. Llanto, mucho llanto y explicaciones de por qué nuestra relación merecía pelearla juntos. No hubo caso, se fue, pero lamentablemente, volvíó, una y otra vez para torturarme, aunque debo reconocer, que no lo hacía con esa intención, ni él sabía que quería, o sí: salir con sus amigos, frecuentar a otras chicas y asegurarse que yo no estaría con nadie hasta que él termine de divertirse y decida volver.

Estos ex son los peores especímenes por una simple razón: te enloquecen, te queman la cabeza hasta agobiarte con tanta incertidumbre. El "te quiero pero no puedo estar con vos", mata, porque deja una puerta abierta que le da al otro el poder para cerrarla sistemáticamente todas las veces que lo crea necesario. Así estuvimos meses, años: sí pero no; te amo pero no puedo; ¿nos vamos a vivir juntos?... no, me dejé llevar, mejor no, disculpame (todo en la misma semana); sos la mujer de mi vida... necesito un tiempo (todo en la misma semana, nuevamente) y así con un sinfín de ejemplos. Volver una y otra vez con un ex enferma, porque la duda que ronda sobre los meses de separación es imposible de soportar.

Ya no sabés cuánto lo amás, pero te obsesionás, entrás en un juego donde, sin planearlo, él se convierte en un premio: vas a querer estar conmigo sí o sí maldito dudón. Una locura, hoy a la distancia no lo puedo creer. Como tampoco puedo creer todo lo que hice durante esos meses, años, donde mis amigos me miraban con pena, resignación y calculo, con vergüenza, pero siempre estuvieron ahí y fueron fundamentales para que éste presente sea tan distinto.

Durante mis días como ex, hice cosas patéticas como éstas:

- Llamé compulsivamente una y mil veces. En una ocasión me dejó (muy oportuno) un viernes, al otro día tenía una fiesta de disfraces, no podía creer que no estuviese llorando como yo, así que lo llamé sin parar, durante toda la noche para saber qué hacía en esa fiesta, obviamente su celular estaba apagado. El domingo al mediodía me llamó, creí que se había arrepentido pero su enojo del otro lado del teléfono denotaba otra cosa: "Nena estás loca, hoy prendí el teléfono y tenía 40 llamadas perdidas, ¿te pasó algo?".... Sí, me sentía muy mal, estaba enferma con fiebre en la cama (?)

- Una noche salí con amigos para despejarme un rato, corrí dos cuadras a un auto similar al suyo (nunca supe si era él realmente) porque el conductor iba acompañado de una señorita. Ante la duda, llamé a su celular y obviamente no me atendió. Terminé, incitada por mis amigos, saltando en una esquina cantando canciones divertidas, para no pensar... así que salté una hora como una loca de atar, llorando y cantando ante la vista de todos los que pasaban.

- En los momentos que estábamos juntos, aprovechaba cuando se iba a bañar y corría a revisar su computadora. Siempre desconfié, aunque me juraba que era incapaz de hacerme una cosa así... pero lamentablemente, siempre encontraba algo que me daba la razón. En éste ejemplo que citaré, una conversación con una chica salida de una sala de chat (?) La charla decía algo así:

Trola del chat:
¿Hace mucho te separaste?

Ex novio:
No, dos semanas.

Trola del chat:
¿Cuánto saliste?

Ex novio:
Cuatro años.

Trola del chat:
Guauu un montón, ¿por qué te peleaste? ¿todavía la querés?

Ex novio:
Sí, pero es muy celosa, me volvió loco. Bueno, cambiemos de tema, ¿cuándo nos vemos?


Increíblemente y con un dolor de panza indescriptible, me llamé a silencio y me quedé a dormir por un par de años más.

- Al menos cinco veces, lo llamé usando la misma excusa: "Ay perdón, marqué número rápido y sorpresivamente fue el tuyo, quería llamar a mi mamá para avisarle que llego tarde. Bueno, ¿qué contás? Y ahí arrancaba una conversación que seguro, derivaba en encuentro y por lo tanto, se desmoronaba mi estrategia: ¿no era que llegabas tarde a tu casa porque tenias cosas que hacer?


Patética, una y mil veces patética. Continuará...


¿Te animás a mandar tu confesionario?

jueves, 19 de agosto de 2010

La visión de ellos...

El mail arranca así: "Hola, obviamente mi nombre no es Alfred Juarez, pero me gusta tener una identidad secreta, casi casi un Superhéroe se podría decir (o el mayordomo de uno)". Así que lo respetamos y acá está su historia. Un post distinto, reflexivo, positivo...


Sufrí e hice sufrir. Amé y fui amado. Supe partir y también me dejaron. Y creo que en este momento de mi vida estoy parado en algún lugar donde no hay demasiados pensamientos. Justamente como dice la canción "Primero hay que saber sufrir, después amar después partir y al fin andar sin pensamientos". Y gracias a estar mirando todo desde este lugar, que aun estoy descubriendo, puedo darme cuenta de que no tengo malos sentimientos hacia mis ex.

Aclaro que hablo en plural porque ambas fueron importantísimas para mi, aprendí muchísimo de cada una y no hay "más importantes" en mi historia. No amé mas a una que a otra, cada una tuvo su momento en mi vida. Fui muy feliz y muy miserable con ambas y estoy agradecido de eso. No porque sea masoquista, sino porque creo fuertemente en los "males necesarios" y si sufrís por amor, es porque no dejaste de amar. Y darme cuenta de eso fue un paso enorme hacia la "libertad".

Hace 2 días me crucé en un pub con una de ellas, la primera (hacia 1 año y medio que no la veía), y cuando digo la primera lo digo con toda la amplitud de la palabra. Pero en vez de generar alguna sensación incomoda o negativa en mí, generó todo lo contrario. No dude en abrazarla y preguntarle cómo le iba con su vida. Está estudiando, en pareja y feliz, no te podés dar una idea de lo bien que me sentí al saber que ella está pasando por un momento tan lindo en su vida.

Creo que vale la pena mencionar que su pareja actual es la misma desde hace 4 años más o menos, justo el mismo tiempo que llevamos sin estar juntos. Si si, sé lo que estás pensado y la respuesta es SI, la ruptura de nuestra relación en gran parte fue por él. Si bien en un principio me costó superarlo, sobre todo por mi edad de aquel entonces, ahora puedo comprender que yo también tuve mucho que ver para que las cosas resultaran de esa manera, en aquel momento solo estaba concentrado en mi carrera y no tenía la habilidad de mirar un poquito hacia el costado para ver cómo estaban los demás, sobre todo ella que era la persona que amaba, y así fue. Hoy, gracias a dios, puedo verla, charlar con ella y sentirme bien solamente sabiendo que ella está bien, no necesito nada más.

Con mi ex más reciente, las cosas son un tanto diferentes. Más allá de que el tiempo que llevamos sin vernos es relativamente corto, como dije antes, el momento de mi vida era completamente distinto. Nos encontramos en un momento muy especial para los dos, las cosas se fueron dando de manera casi mágica, el primer año viví en las nubes, se podría decir que toqué el cielo con las manos. Pero como en la mayoría de las relaciones, las cosas se complicaron demasiado, a tal punto de lastimarnos sin razón, por el solo hecho de hacerle mal al otro. Dos estúpidos importantes. La misma piel siempre actuó como un imán, y por eso nos costó tantas lágrimas y tantas noches sin sueño poder alejarnos. Fue muy difícil para ambos.

No encuentro razones para hacer comparaciones entre ellas, no amo ni odio a ninguna de las dos. Simplemente estoy agradecido con ellas por dejarme ser parte de sus historias, saber que tanto como yo a ellas, me van a llevar siempre en un rinconcito del alma, saber que sin mí en su pasado no serían las mismas mujeres actualmente.

Y aquí estoy hoy, esperando por la próxima mujer que tenga ganas de romperme el corazón, sin miedos, sin motivos para no animarme, sin desesperar, sin enloquecer... con cicatrices como todos, pero con muchas ganas de hacerla feliz.

miércoles, 11 de agosto de 2010

¿Algo más?

Por cuestiones que notarán al final del relato, la protagonista pidió reservar su identidad. Les recomiendo que lean hasta el último párrafo, es una historia increible.

Corría el año 1997, llego mi cumpleaños y yo pensaba: "Qué horror, 30 años y con el pescado sin vender". Se nota que mi hermana pensó lo mismo porque en complicidad con una amiga mandaron un mensaje a la radio de moda en mi nombre. El programa era de solos y solas, así que durante la hora siguiente me vi forzada a desconectar el teléfono que sonó toda la noche, la madrugada y los días siguientes. Pasados un par de meses del episodio, el día de la primavera me llama un tal Osvaldo y me dijo que había escuchado mi mensaje y que si no me molestaba quería charlar un rato. Como para ese entonces ya había salido con un par de los muchachos candidateados, acepté.

Según me cuenta trabajaba en una empresa de transporte con sede en la pampa y claro por el momento no podíamos vernos. Pasaron los meses, llegó diciembre y yo estaba re enganchada. Hablábamos todos los días a las 21, horario que siempre respetábamos. Para enero, yo proyecto vacaciones con mi mamá en Córdoba , y él se sorprendió que no le avisara con tiempo pero la realidad es que yo ya tenía dudas, ¿si trabajaba en una empresa de transportes no podía tomar un micro el día franco y venir a Buenos Aires a verme, al menos por unas horas? Él se dio cuenta de mis dudas y me dijo que me mandaría una carta contándome sus verdaderos motivos. Ya me la veía venir...

Así fue como a la vuelta de mis vacaciones, me encontré con la bendita carta. La confesión fue increíble, Osvaldo estaba de ''vacaciones" en el penal de Caseros. Lo primero que pensé fue: ¿por qué a mi? y la verdad que justo en esos meses me había quedado sin trabajo y estaba muy vulnerable, por lo que no pude cortar la relación sin antes ir a verlo. Un 6 de febrero lluvioso que se inundó la cuidad partía al penal para encontrar una explicación a tantas mentiras. La tarde terminó a los besos y yo perdida por aquel tipo feo y preso que me había robado el corazón.

Pasaron largos meses hasta que conté la verdad en casa y ése fue otro drama. Tres años después de superados todos los trances, miles de visitas y mucha plata gastada en víveres para que viva un poco mejor, salió con salidas transitorias, empezó a trabajar en el negocio familiar y se recibió de abogado mientras que yo a su lado, me sentía una heroína por haberlo rescatado. Luego su papá se enfermó y ahí estuve condicionalmente, como siempre. Una vez que su padre murió, nos mudamos con su mamá, una señora que parecía muy indefensa con 73 añitos y un par de meses después, vino la gran novedad: íbamos a tener un bebé.

La vida siguió su camino normal, más plata, menos, buenos tiempos, malos, mi nene empieza el jardín, sigue creciendo, hasta que un día él pierde el trabajo y es el principio del final. Estar sin trabajo es sumamente complicado y estresante, motivo por el cual la libido baja pero cuando nunca se recupera algo pasa. Y como toda buena fémina que conoce los signos que los caballeros expresan ante una infidelidad, comencé a prestar más atención, ahora mirando hacia atrás y con la verdad sobre la mesa, no puedo creer cómo no me di cuenta antes.

Pero en junio de 2007 algo pasó, una carta olvidada en un cajón donde lo felicitaban por el día del padre, si , pero ojo no cualquier padre sino un papito... de un nenito de 18 añitos. ¿Creen que tenía un hijo perdido? No, era mi contrincante y de sexo masculino. Fueron tantas las cosas que le dije, los insultos pero lo más grande fue mi sorpresa. Como no era mi casa, no pude echarlo pero desde ese día sólo fuimos extraños bajo un mismo techo y sólo funcionábamos como pareja ante eventos sociales.

Meses después me confesó su bisexualidad ''desde siempre'', pero nunca se fue de casa. Desde ese tiempo pasaron algunos amantes por mi vida pero un día como hoy, hace justo un año, mi suegra cumplía 80 años y festejando en familia mi cuñada de modo gracioso dice: "Tendrían que buscar un hermanito para el nene''. Justo ahí caí en en la cuenta de lo bien que nos salia la farsa de la familia perfecta y no quise más. Fui yo la que enfrentó y salió adelante de una fea historia, la de la casa linda, el nene en buen colegio, el auto nuevo y la perra labradora pero era todo una ilusión.

En septiembre cumplo un año de mi vida verdadera, de no mentir más, de ser libre, claro que para algunos soy la loca que dejó al maridito perfecto. Pero la loca está bien, sola y tranquila con un hijo hermoso, la casa y la perra. Y mi ex... sigue correteando muchachos y dada las condiciones, pronto mi ex suegrita tendrá nuevo yerno. Qué lo disfrute.

martes, 10 de agosto de 2010

Acá estoy, pese al temporal...

Pidieron anonimato y lo vamos a respetar. "Estas son dos cartas que nunca me animé a darle a mi ex, pero querría compartirlas con ustedes, a ver qué opinan", explica la protagonista de esta historia que aún no tiene final, que aún espera una señal, que aún sueña con que puede ser posible...


Marzo de 2009

Rompí la cadena que me atrapaba a tu persona físicamente, pero no la rompí con la fuerza de mi persona, sino que la oxidé con las lágrimas que perdí llorándote. Me cuesta creer, que no nos vamos a volver a besar como si quisiéramos arrancarnos los labios, que no me vas a volver a abrazar, que no me vas a ver llorar con las películas románticas ni asustada con las de terror, me cuesta horrores saber que no te voy a cocinar más, que no voy a ir a tu casa a tirarnos a la cama y mirar tele o simplemente acostarnos y sentir el aroma de cada uno uniéndose, me duele tanto saber que no voy a volver a tomar tu mano mientras te miro y te digo te amo, y me quiebra saber que nunca volveré a escuchar salir de tu boca un "te amo yo más". Imaginar que no vamos a cumplir otro mes juntos, saber que no voy a tener que llamarte a tu celular, para decirte que llegué como lo hacía siempre después de volver de tu casa, o vos de alguna salida con amigos. No saber qué hacer con la alianza, con la infinidad de mensajes que guardé, y con el collarcito que me diste, que para mí es el mismísimo rosario. Saber que no te voy a tener más conmigo, me invade un terror inmenso, ni siquiera puedo llamarlo terror, es muchísimo más grande, muchísimo peor... saber que hoy en día no caminamos el mismo camino juntos, saber que yo camino por otro lugar que no es con vos ni vos conmigo, me parte el alma, la sensación espantosa de separación es increíble, pero es peor la angustia de estar colgada de un hilo, ese hilo de "esperanza" si así se lo puede llamar, por creer que me ibas a necesitar con vos otra vez, que ibas a volver diciéndome que me extrañabas, pero eso no era lo que iba a pasar, eso era lo que yo quería creer, quería escuchar, quería pensar, quería vivir... me siento tan insignificante hoy. Esa ilusión humana, jamás real, ese pensamiento de alguien completamente enamorado que piensa que todo va a ser como antes, que vas a volver diciéndome cuanto me extrañás, esa cosa que la cabeza inventa, recrea, piensa y quiere. No te guardo rencor, no te guardo odio, jamás podría hacerlo igual. Te guardo amor y el recuerdo más dulce de mi vida, vos y yo besándonos, como yo quisiera que fuera... una vez más. Pero sé que ése momento la vida no me lo va a regalar, no ahora, no en un rato, no en un año. ¿Quién sabe si la vida nos vuelve a cruzar, y se que si nos reconocemos, nos vamos abrazar pidiéndonos perdón aunque no nos salgan de la boca las palabras. Y pensar que todavía... tengo la alianza puesta.

30 de Mayo de 2010


No sé que me pasa, ni por qué. Me cuesta todo esto. Me cuesta la idea de saber que vos nunca estás para mí, pero yo siempre estoy para vos. Me es difícil decirte que no, enojarme con vos, o simplemente no hablarte. Porque veo tu nombre en mi celular y enloquezco. El ritmo cardíaco es incontrolable. No puedo (pero creeme que quiero) amoldarme a vos. No sé si estoy bien así. No entiendo qué es lo que querés de mi y eso también me confunde. A veces siento que estamos bien, pero de un momento para el otro... se nos va todo al carajo. Nos alejamos, no hablamos más por un tiempo, y cuando me hago a la idea de no saber más nada de vos, de no jugar más tu juego, de permitirme ser feliz con alguien más... Aparecés. Y me das vuelta el mundo, me rompés los esquemas, todo y otra vez frialdad de tu parte. Estamos encerrados en un círculo vicioso, donde yo soy tu juguete y cuando se me termina la pila te vas. Volvés, me la cambiás, jugamos de nuevo y cuando se termina... te vas. Lo que más me duele es no tener los ovarios para decirte esto en la cara, no tengo el valor de enfrentarte porque tengo temor de perderte. Y sé, por más que me duela aceptarlo, que nunca vas a ser completamente mío. Que siempre hay más de una mujer en tu vida, porque sos así, te acepté así y te amo así. Porque prefiero ser la que te tiene después de todas antes que no tenerte. Prefiero verte de vez en cuando, antes que no saber nada de vos. Hace tres años que mi vida es otra, gracias a vos o por culpa tuya. No sé cómo decirlo. Pero que no quepa ninguna duda que sea cuando sea, yo te voy a estar esperando. Ocupás una parte importantísima en mí. Nunca, nadie en mi reputísima vida, va a significar lo que vos sos para mí, porque nadie me hizo el amor como vos. Nadie. Te amo, y eternamente gracias por cada momento con vos, en mi cama, en el piso, viendo tele, durmiendo. Cada respiración, cada mimo, cada vez que te dormís cuando te acaricio, cada vez que me mirás a los ojos y no decimos nada pero decimos mucho. Cada beso, cada mordida. Volvé, cuando quieras, sabés que te estoy esperando.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Salieron los ex de abajo de las baldosas (I)

Menos de una hora de televisión bastaron para que llegaran disculpas del pasado...


- Novio de la adolescencia (vía Facebook):
¿Sos Pao, la de la escuela XX?
-
Capitana:
Sí, ¿qué hacés tantos años?

- Novio de la adolescencia:
Te vi en el programa de Pettinato, ¿creaste ése blog por mi?
-
Capitana:
Salimos dos meses, pasaron quince años, no te vi nunca más. No.

- Novio de la adolescencia:
No me acordaba que te había hecho tanto mal, uno cuando es chico no mide, te quiero pedir disculpas a vos y a toda tu familia porque me abrieron las puertas de tu casa y yo no me porté bien.
-
Capitana:
Quedate tranquilo que ya lo superé hace más de quince años, qué estés bien. Te mando un beso.


Y después dicen que la televisión no sirve para nada.... ya cayó el primero. Hay más...