lunes, 6 de septiembre de 2010

Diez años de pena...

Una historia terrible y un claro ejemplo que de todo se puede salir, incluso del peor de los infiernos... Hoy la valiente que comparte sus vivencias es Laura Bravo.


Tengo 40 años pero esta historia empezó a transcurrir cunado tenía 33, conocí a un chico que tenía 18, me enamoré y me fui a vivir con él. Durante la convivencia me vi obligada a tomar dos decisiones: mantenerlo (él a su vez mantenía a la madre y a un hermano con SIDA) y abortar un embarazo deseado porque él cambió de idea sobre la marcha y yo sentía culpa por endosarle un hijo siendo tan chico.

La relación terminó a los dos años y yo no pude completar el duelo. Empecé a tener fobias, convulsiones, trastornos de alimentación y cerca de seis intentos de suicidio. Mi patología se fue agravando hasta que en el 2006 terminé internada en un neuropsiquiátrico estatal porque me denunció la que era mi psiquiatra. Consideró que, viviendo sola y en ese estado de angustia, no podía responder por mi vida.

Un neuropsiquiátrico estatal implica: comer polenta con grumos, que te hagan desnudar junto a una larga fila de mujeres para ducharte con agua fría a las 7 de la mañana, que te hagan abrir la boca para ver si tomaste la medicación y que te revisen una vez por semana la cabeza con un lápiz para ver si tenés piojos.

Me sacaron mis padres cuando cumplí los tres meses que impone el juez. Tres meses infinitos. Al 2007 lo pasé encerrada. Tomaba una medicación que se llama Olanzapina que evita que te mates pero que te transforma en un vegetal. Sólo comés y dormís. Engordé 30kilos.

En el 2008 me plantearon que fuera a Ramsay para que evaluaran mi discapacidad. Dos médicas determinaron que iba estar discapacitada mental por un mínimo de 10 años, renovable. El diagnóstico era Depresión Mayor con Recidivas y Trastorno Límite de Personalidad. Estaba hiper medicada. Consumí un promedio de 8 psicotrópicos por día en dosis aterradoras.

Después de tanto recorrido se me había acabado el dinero para la atención privada y los medicamentos así que terminé apelando al hospital público. Allí me tocó una psiquiatra que me propuso hacer un trabajo más espiritual y creativo. Entendiendo la espiritualidad en un sentido amplio. Comprendiendo a Dios como inspirador y fuente vida pero sin ningún fanatismo. Completé el trabajo con mucha escritura y con talleres que me conectaran con el cuerpo como la Bionergética. Hice otros ejercicios como caminata, algo de reiki, cambié de alimentación y perdí los 30 kilos que había aumentado.

En noviembre de 2009 decidí dejar toda la medicación psiquiátrica. Fue complejo: tuve alucinaciones y dolor físico. Insomnio, mareos, sensación inminente de muerte. Pero me propongo escribir y hacer cine y ambas actividades son incompatibles con un cerebro desmemoriado, sin capacidad de abstracción y minado por las drogas. Las primeras semanas no podía dormir sola. Me llevé un colchón cerca del dormitorio de mis padres porque no soportaba la idea de que me pudiera pasar algo. Estaba muy vulnerable.

Recién este año retomé mis estudios de cine, estoy escribiendo una novela y comento libros y películas en una radio de la Universidad de La Plata. En lo peor de mi experiencia sólo se me ocurría pedirle a Dios que me llevara a su lado para no sufrir más. Ahora recuperé el placer de vivir la vida que vivo.

Estoy apostando a mis proyectos y a mi realización. Se me fueron casi 10 años en padecimientos pero confío en que lo mejor está por venir...

14 comentarios:

Matemos a los ex dijo...

Terrible, sin palabras!!
Después de leer esta historia, viene a la mente el típico pensamiento: ¡y pensar que uno a veces se hace problema por cada estúpidez!

Me alegro que lo hayas podido superar, tenés toda tu vida por delante, disfrutá de lo que te gusta ya!

Un beso y muy valiente...

yop! dijo...

wow esta historia te hace pensar en las cosas que pasan por tu mente en un momento dado de la vida!
Mis respetos para ella!

Cecilia (Dark Tears) dijo...

ciertamente que luego de leer algo así uno siente que se queja por estupideces.. la admiro.

Vicky dijo...

Felicitaciones! no puedo más que decir eso, leo la historia junto a mi hermana y nos quedamos sin palabras, desde acá te mando mucha fuerza, la mejor de las energías. Y un abrazo. Sos fuerte, no lo olvides.

Vicky

Mary Reed dijo...

Se me puso la piel de pollo.

Cuán compleja es nuestra psiquis, cuán débiles podemos llegar a ser.

En fin, una alegría enorme ver que estás saliendo, y que encontraste esa psiquiatra en el lugar menos pensado.

La triste de Killer dijo...

WOUW! y pensar que yo me lamentaba porque verlo con otra me provocaba nauseas y me cortaba el aire!..
Pobre chica!!!... un abrazo enorme y vamos mujer!,que si pùdiste salir de esto vas a poder con todo lo que te propongas! :)

LKS! dijo...

Una interesante postal antiabortista...

LKS! dijo...

Una "interesante" postal antiabortista...

Luz Castañeda dijo...

¡Qué cruel y cierto termina siendo el refrán!
La verdad, mis mayores respetos, otra cosa no se puede decir. ¡Fuerza, lo mejor está por delante!

Silvia dijo...

TU HISTORIA ME CONMOVIO PROFUNDAMENTE...SOBRE LO QUE HAS VIVIDO FUE ..A DIOS GRACIAS ESTAS VIVA!!! QUE NO ES POCA COSA..A LO QUE VENDRA FUERZA ERES UNA LUCHADORA SI TE AMAS CADA DIA MAS ...TE VALORARAS CADA DIA MAS Y TE DARAS CUENTA QUE NO PUEDES VIVIR SIN TI..
REZARE POR TI.BENDICIONES...
SUERTE ...
BESOTES ENORMES
SILVIA CLOUD

Lukash! dijo...

Muchas felicidades y mucha fuerza!

karen dijo...

admirable tu fuerza para enfrentar eso ...

Anónimo dijo...

Excelente Historia! Siempre dije que hay una fuerza mucho mas intensa y superior y la que le corresponde a la voluntad!!
Muy bueno!

floreence. dijo...

Te admiro! Yo que pienso que lo mio es lo peor que le puede pasar a una persona .. Después de leer tu historia me siento muy insignificante . Sinceramente te admiro. Saludos!